Simón de la Rojas, un
sacerdote, crea en la capital una congregación para ayudar a los pobres y
mendigos. Una vez fallecido, la congregación seguirá con esta labor hasta que
se les queda pequeño. Por ello, mandan levantar un nuevo hospicio más grande.
Ribera será el encargado de su supervisión, construyéndose entre 1721 y 1726.
Considerado como una de
las edificaciones barrocas más importantes madrileñas, destaca su fachada
barroca de estilo Churrigueresco.
En 1919 fue declarado
Monumento Artístico. Tres años más tarde dejó de ser usado como hospicio, quedándose
en ruinas. En 2007 se convierte en el Museo de Historia.
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